miércoles, diciembre 30, 2009

La comunidad de los imperfectos, una comunidad perfecta

Pertenezco a una comunidad de hombres y mujeres de todo tipo, de diferentes edades, razas, color de piel y ojos. Cada uno de ellos tiene su propia historia, con sus matices y claroscuros.

Pertenezco a una comunidad donde, hombres y mujeres totalmente imperfectos, somos hermanos. Cada uno de nosotros tenemos múltiples defectos de fábrica, uno en particular nos ha hecho cometer cosas feas, incluso atrocidades de lesa humanidad.

Todos somos hermanos, cuyos orígenes varían y cambian con el tiempo y el contexto en el que hemos vivido. Por eso, algunos son gruñones o desconfiados; otros son muy emotivos, tanto que empalagan. Algunos son tímidos, en contraste con los más parlanchines. También tenemos doctores del corazón, así como cardiólogos y otorrinolaringólogos.

Nunca faltan los aprehensivos y preocupones, que no dejan de pensar en lo que falta por hacer o lo que se ha hecho de más. O los que son de la filosofía "hakuna matata", y prefieren ir con calma -para pesar de los desesperados-.

Tenemos entre nuestras filas a los más aguerridos luchadores, y un poco más atrás, a los que prefieren observar la acción desde las tribunas. ¡Ah! También hay aficionados al futbol y a las cartas, pero procuran ser prudentes y no abusar de ello. Cada uno tiene múltiples virtudes, pero en el paquete también iban incluidos los defectos, a los cuales -por lo regular- somos más sensibles, y dedicamos más tiempo a detallar éstos que las primeras mencionadas. Pero aún así, seguimos siendo hermanos.

No olvidemos a los tacaños y a los que a veces les da por subirse a alguna esponjosa nube; no obstante, cuentan con un corazón hermoso. ¡Y los que fuimos inmorales! Ahora nos da vergüenza decirlo, pero sabemos que pese a lo que hicimos, nos siguen amando nuestros hermanos.
¡Uufff! Qué alivio se siente al saber que puedes estar entre personas que entienden que tampoco eres perfecto.

Así es. Pertenezco a una comunidad donde nadie es perfecto. Todos tenemos algo que nos falta, tal vez una mordida o un hoyuelo en el corazón que nos dolía antes de ser parte de esto. Cada mujer y hombre tiene una historia qué contar, que puede ser lúgubre o terrorífica al inicio, pero todas tienen el mismo final maravilloso.

Pero, ¿sabes algo? Aunque he encontrado personas que pueden caerme bien o no, y me he topado con personas bien diferentes a mí, aún con todo esto, yo me siento feliz aquí. ¿Quieres saber por qué? Toma asiento, no te vayas, y déjame contarte.

En esta comunidad, todos somos hermanos y nos amamos unos a otros, porque hubo alguien que nos amó primero. Y lo hizo aún sabiendo todas las cosas que haríamos, todas las buenas, las malas y las peores. Nos amó tanto, tanto, que se entregó a la muerte misma en una Cruz.

Nos amó no por lo que somos, sino porque se agrada en amarnos. Por eso, nosotros nos vemos como hermanos y nos amamos como hermanos. Y nos perdonamos, porque Aquel que nos amó, también nos perdonó y ahora podemos perdonar a los demás.

Yo soy feliz en esta comunidad porque he descubierto que puedo ser como soy -¡tan imperfecta y vulnerable!-, y también puedo aprovechar mis virtudes como mejor puedo hacerlo y al mismo tiempo servir y ayudar a los demás.

Soy feliz en esta comunidad porque he encontrado el amor entre hermanos, compañeros y amigos, sin condiciones ni limitantes.

Soy feliz en esta comunidad, porque he encontrado un lugar digno como mujer, donde no es necesario matarme con dietas rigurosas o en una estética para ser aceptada; un lugar donde puedo descansar y disfrutar de mi identidad femenina, aquella que Dios me dio.

Así es. Soy feliz en una comunidad que es perfecta,
pese a nuestras imperfecciones personales. Soy feliz con mis hermanos en Cristo Jesús. Yo soy feliz con Cristo.


martes, diciembre 29, 2009

Historias familiares

Siempre es fabuloso poder escuchar las historias familiares en voz de los abuelos. Aunque algunos recuerdos puedan ser vagos o confusos, muchos son inmensamente valiosos; para mí son importantes porque me permiten comprender de dónde vengo, y encontrar sentido a muchas cosas que a veces suceden en la familia.

Yo sabía que existía una foto de mi bisabuelo (papá de mi abuela Georgina), y quería conservar una copia o lo que fuera. Así que pensé en tomar una foto, aprovechando la nueva camarita; le pedí a mi abue que me la prestara un momento. No fue necesario preguntar mucho... Tan sólo preguntar por la imagen causó una reacción en cadena que me pareció hermosa: comenzó a contarme parte de su historia.


Él es mi bisabuelo, Eduardo Salcedo, oriundo del Puerto de Veracruz. Tenía veinte años (es el año 1914) y ya tenía un grado en el ejército. Lo interesante del asunto es que fue carrancista. Mi abuela me cuenta que a Carranza le decía "mi viejito"; y al parecer también conoció a Villa y a Zapata. La cosa no terminó muy bien: en una ocasión tuvo que cuidar la celda de unos tipos que les decían "del carro gris" (al parecer, unos ladrones famosos e
n aquella época), ¡pero el abuelo se quedó dormido! Al darse cuenta de la fuga de aquellos, huyó y desertó.

Pasó el tiempo, y a los treinta y tantos conoció a mi bisabuela, Teófila Berthely (que tenía 15 años) y, como era costumbre, se la llevó. Con ella tuvo seis hijos, mi abuela es la segunda de todos ellos (y la más aguerrida, je). Teófila murió a los 29 años, por complicaciones de un parto.

Georgina Salcedo a la edad de un año.
Al fondo, el Malecón del Puerto de Veracruz.
(1931)


¿Qué sucedió después con los niños Salcedo? Bueno, ahora sé que la infancia de mi abuela no fue fácil. Después de la muerte de su esposa, mi bisabuelo Eduardo se metió en el alcohol, dejando durante el día a sus hijos en un pobre cuarto, para regresar por la noche completamente tomado. La niña Georgina tuvo que trabajar limpiando cocinas por 8 centavos, y con eso comprar café, azúcar y camotes para alimentar a sus hermanos; en ocasiones un vecino, que era cazador de tortugas de carey, mandaba a su mujer para que les cocinara la carne de dicho animal y pudieran comer algo.

En ese entonces -década de los 30's-, existían en la ciudad de Veracruz un hospicio (actualmente, el museo de la ciudad), lugar a dónde fueron llevados los niños Salcedo por su padre, gracias a la recomendación de una conocida. Ahí vivieron el resto de su infancia, junto con otros chiquillos, hasta que Georgina cumplió 18 años.

Me impresionó su firme decisión de no regresar a su tierra, al menos no para vivir ahí. Sus palabras: "Sufrí mucho en Veracruz, por eso no quiero volver".

Ahora que vuelvo a mi realidad y reflexiono acerca de las vivencias de mi abuela, comprendo mejor su manera de ser: carácter fuerte, mal hablada (no olvidar que es jarocha, je), que ante las situaciones que le parecen injustas responde y se queja (aunque no siempre sea la mejor forma), siempre buscando proteger (o sobreproteger) a los suyos, y dispuesta a defenderlos a capa y espada... Ella es la madre de mi madre, próxima a cumplir los 80 años.

La quiero. En serio, la quiero. Pero también deseo que algún día pueda ver que, aunque su vida ha sido difícil, Dios la ha sustentado (el tema de cómo salió adelante la familia Vilchis, da para otra entrada en el blog).

No sé cuanto tiempo más el Señor me permitirá ver a mis abuelos. Pero agradezco que pueda tenerlos y escucharlos cuando recuerdan su vida; también agradezco que, a través de ellos, Dios me trajo a este mundo.

miércoles, diciembre 23, 2009

Llegando...

Voy llegando del campa...

Quisiera escribir muchas cosas, pero creo que necesito tiempo para ordenar todo lo que pasó. Espero redactar algo mañana y publicarlo.


viernes, diciembre 18, 2009

Los previos

Mañana iré a mi segundo campa regional. Ya hice mi maleta, utilizando la técnica de rollito y comprobé que es buenísima para llevar mucho en poco espacio. Fuera de la emoción de tener una maleta con todo lo que necesito, también tengo una lista de dudas e inquietudes que no caben ahí.

No es raro, cada que asistó a un evento de este tipo, llevo encima un montón de "asuntos pendientes" que no siempre son resueltos en las conferencias, talleres y charlas. Así que sólo los dejo sobre la mesa, confiando en que Dios los irá tomando en su debido tiempo... aunque no siempre es fácil soltarlos.

Durante la capacitación de esta semana, Blas nos mencionó que cuando egresamos, tenemos un tiempo de toma de decisiones importante. Yo estoy a un año de terminar la carrera, y estoy descubriendo (con cierta sorpresa) que no me quiero ir de la universidad; pareciera que pienso que estos años no pude aprovechar todos los espacios que hay en CU y quiero quedarme más tiempo para hacerlo. Pero algún día tendré que dejarla, o por lo menos cambiar de status y dejar de ser estudiante.

Y no sólo se trata de dejar CU; se trata de qué haré después. Sinceramente, no veo nada claro. Quisiera decir que tengo planeado todo y sólo basta esperar a que termine, pero sería mentira. Todavía hace un año, tenía una mínima idea de mi vida como egresada... Ahora no.

Después de conocer a Dios, aceptarle y aprender de Él, mis anhelos, mis sueños y mis pensamientos cambiaron drásticamente. Dejé de aferrarme a ese deseo implantado en las clases de poner en alto la profesión, demostrar que el trabajo social sirve, buscar espacios y ser una reconocida egresada de la ENTS... ¡Bah! La escuela tiene un problema que va más allá del no reconocimiento del trabajo social.

Mi mirada se dirigió a otro punto: Cristo, la Cruz. Eso cambió todo, completamente todo. Desde la perspectiva sobre mi profesión, ubicándola en el contexto de servicio a Dios; hasta mi concepción sobre la relación de pareja, pasando por muchos otros aspectos y aristas.

Estos previos al campa son interesantes, en momentos abrumadores y confusos, pero no dejan de ser interesantes. Las dudas que tengo son sobre mi egreso (
cada vez más cercano), mi lugar en la iglesia, mi participación en compa... mi vida sentimental (glup!).

Estoy expectante, y doy gracias por ello. No sé que cosas tratará Dios conmigo en ese tiempo, pero estoy convencida que tendrá muy buenas cosas para enseñarme (aunque a veces duela, jeje). No sé, igual y sigo cargando esa maleta de "asuntos pendientes" hasta la frontera norte. Pero Dios irá mostrándome cada aspecto en el tiempo correcto y preciso.


sábado, diciembre 12, 2009

Palabras de agradecimiento para Tess*

Basado en la 1ª Carta de Pablo a los Tesalonicenses, capítulos del 1 al 3.

Estudiantes, asesores y compas de México, a la misionera de Australia Tess Holgate, en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Gracia y Paz sean a ti, de Dios Padre y del Señor Jesucristo.

Damos siempre gracias a Dios por ti, querida Tess, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre Nuestro de la obra de tu fe, del trabajo de tu amor y de tu constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. Porque conocemos, hermana nuestra, de tu elección: viajar de tu tierra natal a un país extranjero, para divulgar la palabra del Señor.

Porque nosotros mismos sabemos, amiga, que tu visita a nosotros no resultó vana, pues habiendo padecido enfermedad, temor, barreras con el idioma, limitaciones en los tiempos y sufrido desvelos, tuviste valor en nuestro Dios para anunciar Su evangelio en medio de grandes dificultades.

Porque nunca usaste palabras aduladoras, ni tu trabajo resultó de buscar agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba los corazones. Antes bien demostraste afecto por nosotros, como una madre que cría con ternura a sus propios hijos; pero también sabemos de qué modo, como el padre a sus hijos, nos exhortaste y nos consolaste a cada uno de nosotros.

Porque nos acordamos, hermana querida, de tu trabajo y tu fatiga; cómo trabajando de noche y de día, estudiando la Palabra y preparando estudios, para no ser piedra de tropiezo a cada uno de nosotros, y llevar el mensaje de salvación de Jesús. Somos testigos de tu labor y de tu vida, con la cual has estado dispuesta a compartir del amor de Dios a otros.

Por lo cual, también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, por cuanto nos envió a una gran hermana, compañera y amiga, para aprender más de Él y conocerle más a Él; porque ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por ti, Tess, por todo el gozo con que nos gozamos a causa del tiempo compartido en Su Obra, sino es orando de noche y de día con gran insistencia, para que sigamos en la batalla, como comunidad, hasta que se complete la gran comisión?

Ahora que estaremos separados por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, oramos que el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirijan tu camino. Y que el Señor nos haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, para que sean afirmados nuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

Querida Tess, nunca olvidaremos lo que hiciste aquí; y ten por seguro que Dios no tendrá en menos lo que has hecho por Él en este lugar.

Amiga y hermana nuestra, que el mismo Dios de paz te santifique por completo; Fiel es el que nos llama, el cual también lo hará. La gracia de nuestro Dios sea contigo, ahora y siempre. Amén.

México D.F.

12 de diciembre de 2009.

* Mensaje preparado para la cena de celebración de fin de semestre de COMPA-DF.


martes, diciembre 08, 2009

¡Mis tenis otra vez son blancos! [Parte I]

Las vacaciones escolares están a la puerta, inician los preparativos de Navidad. Eso incluye cumplir con la NOM (Norma Oficial de Mamá) Nº. 547 Bis, "¡Antes de ir al campa, limpia tu cuarto!" (la NOM Nº. 547 es "Ya son vacaciones, ¡limpia tu cuarto!", pero como estamos en épocas decenbrinas, y ya se acerca el regional, tuve que inventar un "Bis").

La de este año será una limpieza profunda, así que hoy empecé.

Lo de este día fue superficial, sólo para ir calentando motores: revisé la torre de cosas acumuladas del escritorio, guardé temporalmente cosas del semestre, tiré volantes que se quedaron estancados; en el librero, revisé qué rayos tenía en unos folders, y me encontré con mis "tesoros" de la prepa: papeles relacionados con mi época de danza (programas, dibujos de los vestuarios, intentos de coreografías plasmados en hojas de cuaderno, oficios para justificar faltas, algunos acordes de los sones jarochos). Después de revisar y valorar, sólo me quedé con los acordes, dos programas y lo demás a la basura.

Después revisé otro folder donde tenía más papeles... ¿Por qué guardé mi comprobante de inscripción del último año de la prepa? No tengo idea, pero ya no me sirve ahora. Haciendo esto, obtuve espacio para los libros que llegaron por mi cumple.

Regresando al escritorio, también saqué papelitos y folletos y más papeles, (¡es increíble la cantidad de chunches que puedes acumular en tan sólo 6 meses!). En fin, entre todo esto encontré algo especial: una pequeña hoja donde escribí gratitudes y peticiones... ¡hace como un año!

Seguramente fue unos días después de la primera cena COMPA a la que asistí, pero fue antes del campa regional; lo sé porque ahí escribí:

Gracias por la oportunidad de ir al campa regional.

(Y más abajo decía...)

Pido por el campa regional, para que sea de provecho y represente un tiempo de convivencia y acercamiento con Dios.

¡Cómo! ¿Hace un año, en mis primeros tiempos con Dios, yo oré por el campa? ¡Ya no me acordaba! ¿Pueden entender mi sorpresa al leer esto?

Hace un año yo estaba conociendo a Dios, empezaba a leer la Biblia, le preguntaba cosas a Dios, descubría nuevos amigos... ¿y ya oraba? Pero mi mayor sorpresa es esa petición que yo hice por el campa. Y lo es porque fue una petición respondida: en ese campa fue cuando acepté a Cristo. (Ay... creo que voy a llorar).

Encontrar esta hojita ha sido como refrescar mi memoria, para tener presente otra vez que yo no tomé la iniciativa de nada, fue Él. Dios me llamó y Dios me recibió. Antes de ir al campa, yo ya hablaba con Dios... ¡porque Su Espíritu ya estaba actuando en mí! (Lo sigue haciendo, y lo seguirá haciendo).

Pero también ha sido recordar que Él responde a las oraciones que realizamos conforme a Su Voluntad. No me queda duda que Él quería que yo lo siguiera y le entregara mi vida, porque me amó desde antes de la fundación del mundo.