lunes, enero 31, 2011

Asimilando un cierre y un comienzo

Ayer fue la clausura oficial de Campus Kennington, con una cena "casa abierta" dirigida principalmente a aquellas personas que aportaron algo para que fuera posible la realización de este evento de capacitación. Antier volaron de regreso a sus casas dos compañeros asesores, y hoy muy temprano salieron dos más. Sólo quedamos cuatro en casa y dos que andan de paseo por estos rumbos.

Ya siento la nostalgia post-campa, pero puedo identificar una diferencia en tanto que después de esta experiencia tendré un cambio de agenda de vida un poco drástica. Ya no habrá clases, lo que significa que tendré que buscar qué hacer por las mañanas; ya no habrá trabajos ni tareas que entregar, asi que debo buscar qué hacer por las tardes... Todo un cambio en mi agenda de vida, en mi rutina, en mis actividades.

Y por si fuera poco, Dios abrió aún más la agenda personal interna. Para no perder la costumbre, de nuevo el Señor sacó las preguntas, los miedos y la basura que tenía almacenadas en mi sótano; aunque no fue tan duro como en otras ocasiones, lo hizo de manera firme y clara.

Me encantó vivir en familia. De esa forma he decidido nombrar la rutina generada por la convivencia de 12 asesores por dos semanas en la misma casa. Como hermanos compartiendo la mesa y el cuidado de dos padres espirituales amorosos y pacientes (mis respetos para Jeanette por eso de aguantar a 12 pelones de hospicio asaltadores de alacenas). Una familia de la misma sangre: la de Cristo.

Re-confirme el gusto por las labores del hogar. Al parecer no tengo problemas con eso de lavar platos, asear baños, cocinar, trapear y demás (menos mal, me preocuparía mucho si fuera lo contrario). Ahora que regresaré a casa debo externar a mamá que aproveche que estaré más tiempo en casa para que me asigne responsabilidades caseras.

De las cosas más bellas e impresionantes fue tener de testigo en mis devocionales a la sierra del Cerro de la Silla. Es posible que sea lo que mas extrañe, en mi ciudad no es posible tener algo así.

Me voy con ganas de quedarme, pero también de regresar a los mios. Me voy pero me quedo, con el deseo de regresar dentro de un año. Me voy con el anhelo de seguir peregrinando por este mundo, haciendo camino durante la búsqueda de las sendas antiguas, aquellas que trazó mi Señor. Me voy para continuar mi regreso a casa.

martes, enero 25, 2011

Preguntando sobre Fe

Ahora me encuentro en Campus Kennington. Olvidé mi devocional, así que pedí uno prestado de la amplia biblioteca de Juan: Sólo por fe, con comentarios de Martín Lutero. Y de tanto leer la palabra "fe", me pregunté "¿Y qué rayos es la fe?", y más me brincó en mi cabecita leer que es un atrevimiento tener fe. Fue hasta hoy que la desembuché y Dios proveyó un buen profesor.

Estoy intentando plasmar lo que escuché y comprendí en un ratito en el que un compañero me prestó su compu personal, así que escribiré tres puntos importantes:

1. Confianza. La fe cristiana no tiene que ver con sólo creer, porque podríamos caer en confiar en nosotros mismos, cuando se trata de confiar sólo en Dios. No tiene nada que ver con "tengo fe en que pasaré el examen", porque estamos poniendo nuestra confianza en nuestros esfuerzos.

2. Sostiene toda la vida. Es decir, no es temporal. Retomando el ejemplo de arriba, no es algo que se limite a un tiempo; es algo que permanece, aún después de muertos. Una confianza que sostiene la vida, aún después de la muerte.

3. Conocemos que es cierta, por las Escrituras. La fe tiene una base que es la Palabra de Dios.

Entonces, la fe no es sólo tener el sentimiento. Implica conocer la promesa de salvación en Jesús; pase lo que pase y aunque se tenga un cuchillo en el cuello, ser fiel a Dios y confiar en que se tendrá esa salvación aún después de la muerte.

¡Por eso es un atrevimiento! ¿Quién, en su sano juicio, estaría dispuesto a morir confiando en algo que no ha visto y del cual no tiene evidencia alguna? ¡Y por eso sólo Dios puede dar esa fe! Nosotros no podemos lograr algo así.

Sigo masticando todo esto... Y agradezco a Dios tener estas dudas, porque puedo preguntar y eso me impulsa a buscar respuestas... o más bien, Él pone esos espacios para enseñarme.

miércoles, enero 12, 2011

Para "la Naye"

Ayer visité a una amiga de la universidad. Nos conocimos en el grupo de práctica regional, en el sexto semestre de la carrera. Ambas nos convertimos por las mismas fechas al Señor, pero en diferentes lugares y contextos. Aún recuerdo el día en que supimos que eramos hermanas en la fe, ella me dio la mano diciendo "mucho gusto hermana!". Y confieso con vergüenza que jamás pensé que Dios me estaría presentando a quién se ha convertido en una de mis mejores amigas de mi vida.

Y aprovecharé para confesar que gracias a esa amistad es que he aprendido la humildad, la sencillez de la fe y el amor por servir a otros. Muchas veces yo me enorgullecía, pensaba que mi razón (más bien, cerrazón) siempre estaba por encima... Y ella fue quién me confrontó dos veces, de frente; me dolió y me incomodó, pero me hizo meditar en por qué lo estaba haciendo. Agradezco mucho esas palabras.

Ha sido un reto y todo un desafío ser su amiga: ambas somos diferentes totalmente. Pero creo que hemos encontrado la manera de amarnos y soportarnos, con fortalezas y defectos. Estoy segura que la he desesperado infinidad de veces, pero sigue ahí escuchando lo mismo una y otra vez; sigue ahí, orando por mí.

Al escucharla ayer sobre lo que ha hecho Dios en su vida y en su corazón, me conmovió ver lo mucho que ha crecido, y doy gracias a Dios por el privilegio de ser testigo de ello. Desde hace dos años hemos caminado juntas, hemos crecido juntas, y creo que hasta hemos luchado juntas. Hemos platicado de chicos, de ropa, de maquillaje... de la fe, de las pruebas, de las dudas, del dolor, del miedo... de nuestra esperanza en Jesús, de su amor por nosotras.

Escribo estas líneas con lágrimas en los ojos, porque en serio me emociono al pensar en todo esto. 

Ahora, juntas egresamos de la universidad; y anhelo que nos sigamos acompañando, que gritemos de emoción cuando surja algún anillo, que lloremos en el hombro de la otra cuando haya aflicción, que seamos tías "postizas" de nuestros hijos... que nos animemos en nuestros ministerios, que nos exhortemos a seguir los pasos del Maestro, que oremos por nuestras familias, que alabemos a Dios con nuestra vida, y que tengamos la certeza de que nos veremos allá en el Reino.

¡Gracias amiga, muchas gracias por tu amor, tu servicio y tu ejemplo a mi vida!


lunes, enero 10, 2011

Sirviendo en mis prisiones

El pasado fin de semana se llevó a cabo un retiro de asesores estudiantiles de la región centro en Toluca. Tuvo como fin reunir al equipo de trabajo para orar, leer la Palabra juntos, tratar temas del ministerio (estuvo de invitado Arturo Gleason y fue genial), además de revisar la agenda del año. En lo personal, yo buscaba el descanso que no pude tener en el campa regional, ni en las fiestas decembrinas.

Desde antes del campa me había dado cuenta que estaba agotada en muchos sentidos: desde mentalmente, por el cierre del noveno semestre de la carrera; hasta espiritualmente, pues estoy enfrentando varias luchas, de las cuales algunas ya han sido libradas (¡gracias a Dios!). Necesitaba descanso, pero no encontraba la forma, el lugar, el tiempo... y comenzaba a desesperarme.

Y nuestra querida Ana Miriam envió la invitación, que sin dudar acepté. No sabía cuál era el programa ni qué haríamos, pero yo me aventé con tal de salir de la ciudad (confieso que así fue). Y fue una maravillosa bendición del Señor.

Leímos Filipenses, particularmente los capítulos 1 y 3. Ya había leído antes eso, pero hubo un mensaje especial de Dios para mi corazón; al revisar el ánimo de Pablo y su oración por los filipenses me cayó el veinte: él estaba encerrado en la cárcel pero no dejaba la Obra; en vez de quejarse o lamentarse, se gozaba y se preocupaba por los otros. 

¡Chispas! Dejaba de lado sus prisiones y su tribulación, dejaba de pensar en él para preocuparse por los demás. No les dijo: "¿Qué creen? Ando pasando un mal rato, necesito tiempo; después les ayudo, va?". Para nada, todo lo contrario: a pesar de su difícil situación, les procuraba; a pesar de la distancia, les escribía y les animaba.

¿Y cómo podía hacer eso Pablo? Por el entrañable amor de Jesucristo. O sea, no estaba en sus fuerzas, sino en Dios. Sólo a través de Jesús podía amar y  servir a esos hermanos. 

¡Qué cosa! Yo metida en ocho mil luchas, dudas, quejas y demás... y el Señor diciendo que debo seguir caminando en el servicio, ¡porque no se trata de mí, sino de Él! Tan bello es Dios, porque no me dio la solución a todos mis problemas, pero me hizo descansar con recordar que la Obra es de Él; y también me indicó que estoy demasiado centrada en mis preocupaciones (como un "deja de pensar en ti, y mírame").

Fue un lindo tiempo. Además de lo ya mencionado, la convivencia fue  maravillosa: cantando, contando chistes, jugando y tratando de descifrar números marcianos; escuchando dudas, luchas, orando unos por otros. Reconocí y recordé que mi relación con mis compañeros de Obra inició con una amistad en algún campamento, lo que me lleva a agradecer de manera conmovida y a sorprenderme de lo que Dios hace en nuestras vidas.

Creo que con esto doy como iniciada mi nueva etapa de obrera estudiantil. No tengo idea de lo que Dios vaya a hacer conmigo, pero será bueno porque Él es Dios; arranco animada y agradecida por el privilegio de poder servir a los estudiantes y de ser parte de este equipo regional. 

¡Que el Señor cuide de Su Obra!

miércoles, enero 05, 2011

Una de Violeta Parra




Run run se fue pa'l Norte.
Violeta Parra

En un carro de olvido,
antes de aclarar,
de una estación del tiempo,
decidido a rodar
Run Run se fue pa'l Norte,
no sé cuándo vendrá.
Vendrá para el cumpleaños
de nuestra soledad.

A los tres días, carta
con letra de coral,
me dice que su viaje
se alarga más y más,
se va de Antofagasta
sin dar una señal,
y cuenta una aventura
que paso a deletrear
ay ay ay de mí.

Al medio de un gentío
que tuvo que afrontar,
un trasbordo por culpa
del último huracán,
en un puerto quebrado
cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro
Run Run debió cruzar.

Run Run siguió su viaje
llegó al Tamarugal.
Sentado en una piedra
se puso a divagar,
que si esto que lo otro,
que nunca que además,
que la vida es mentira
que la muerte es verdad
ay ay ay de mí.

La cosa es que una alforja
se puso a trajinar,
sacó papel y tinta,
un recuerdo quizás,
sin pena ni alegría,
sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura,
sin hiel ni libertad,

vacía como el hueco
del mundo terrenal
Run Run mandó su carta
por mandarla no más.
Run Run se fue pa'l Norte
yo me quedé en el Sur,
al medio hay un abismo
sin música ni luz
ay ay ay de mí.

El calendario afloja
por las ruedas del tren
los números del año
sobre el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros,
más nubes en el mes,
más largos son los rieles,
más agrio es el después.

Run-Run se fue pa'l Norte
qué le vamos a hacer,
así es la vida entonces,
espinas de Israel,
amor crucificado,
corona del desdén,
los clavos del martirio,
el vinagre y la hiel
ay ay ay de mí.

sábado, enero 01, 2011

Su Fidelidad vs. mi amnesia

Justo hace un año escribí una entrada en el blog titulada "En el principio..". Al leerla me sorprendo, y parece que no me reconozco a mí misma en dicho escrito. No puedo creer que el Señor, de nuevo, me lleve a revisar lo hecho en el año que terminó. Es interesante.

Además, encontré otra vez esas resoluciones para el año nuevo. Ayer, al llegar a mi iglesia local, me entregaron el primer boletín del 2011 con las mismas resoluciones. Fue sorprendente leerlas y reconocerlas, y recordar que las había compartido en este espacio; pero sobre todo, aceptar que si hubo alguna que se logró, fue por la gracia del Señor... muchas veces, sin que me diera cuenta.

¿Cuántas oraciones elevé al trono de gracia? ¿Cuántas angustias y tristezas dejé en los pies de la Cruz? ¿Cuántas preguntas no realicé y me fueron respondidas? Mi pequeña y limitada mente no puede comprender tanta grandeza y tanta fidelidad. Me siento maravillada por lo que Dios es y hace.

Reconozco y acepto que el 2010 fue un año complicado por muchas situaciones, desde el término de la Universidad hasta las luchas con mi propio corazón y mis propios caprichos. Las más de las ocasiones dudé o fui indecisa o mi orgullo afloró. 

Y este inicio de año es muy desafiante. Me enfrento a una nueva etapa, y a nuevas lecciones. Los compromisos adquiridos en el 2009 se pondrán en marcha este 2011... ¡uuyyy! Admito que tengo miedito, pero debo seguir aprendiendo a depender de Él y sólo de Él.

Y para no dejar que la amnesia me gane, vuelvo a publicar esas resoluciones, no sin antes compartir un pasaje del libro de Josué:

"Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová". 

Josué 24.14

 

 Para el año 2011 me propongo:

  • Como ENOC, caminar en compañerismo diario con el Padre Celestial
  • Como ABRAHAM, confiar incondicionalmente en Dios.
  • Como MOISÉS, obedecer a Dios aunque esto signifique sufrir.
  • Como JOSÉ, dar la espalda a la tentación.
  • Como JOSUÉ y CALEB, no permitir que me desanimen los obstáculos.
  • Como EZEQUÍAS, preparar mi corazón para buscar a Dios.
  • Como DAVID, alzar mis ojos a los montes y recordar que mi socorro viene de Jehová.
  • Como JOB, ser paciente bajo cualquier circunstancia.
  • Como DANIEL, vivir en comunión constante con Dios.
  • Como ANDRÉS, guiar a mis hermanos a Cristo.
  • Como ESTEBAN, manifestar un espíritu de perdón hacia los que me hieren.
  • Como PABLO, olvidar lo que está atrás y proseguir a la meta.

Reconociendo mi incapacidad de alcanzar estos objetivos por mis propias fuerzas, proclamo que sólo lo puedo lograr con mi Señor Jesucristo: "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4:13)