sábado, abril 30, 2011

El nuevo favorito

Otra carta
Jaime Sabines


Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.
Cuando la cólera me muerde, o cuando estoy triste
—untado con el bálsamo para la tristeza como para morirme—
apareces distante, intocable, junto a mí.
Me miras como a un niño y se me olvida todo
y ya sólo te quiero alegre, dolorosamente.
He pensado en la duración de Dios,
en la manteca y el azufre de la locura,
en todo lo que he podido mirar en mis breves días.
Tú eres como la leche del mundo.
Te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo.
¿Qué puedo darte sino el cielo?
Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres
—medalla, ojos de Dios, globo de plata,
moneda de miel, mujer, gota de aire—
pero la luna está en el cielo y sólo es luna,
inagotable, milagrosa como tú.
Yo quiero llorar a veces furiosamente
porque no sé qué, por algo,
porque no es posible poseerte, poseer nada,
dejar de estar solo.
Con la alegría que da hacer un poema,
o con la ternura que en las manos de los abuelos tiembla,
te aproximas a mí y me construyes
en la balanza de tus ojos,
en la fórmula mágica de tus manos.
Un médico me ha dicho que tengo el corazón de gota
-alargado como una gota- y yo lo creo
porque me siento como una gruta
en que perpetuamente cae, se regenera y cae
perpetuamente.

Bendita entre todas las mujeres
tú, que no estorbas,
tú que estás a la mano como el bastón del ciego,
como el carro del paralítico.
Virgen aún para el que te posee,
desconocida siempre para el que te sabe,
¿qué puedo darte sino el infierno?
Desde el oleaje de tu pecho
En que naufraga lentamente mi rostro,
te miro a ti, hacia abajo, hasta la punta de tus pies
en que principia el mundo.
Piel de mujer te has puesto,
Suavidad de mujer y húmedos órganos
en que penetro dulcemente, estatua derretida,
manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy
y el caos que soy te preserva.
Mi muerte flota sobre ambos
y tú me extraes de ella como el agua de un pozo,
agua para la sed de Dios que soy entonces,
agua para el incendio de Dios que alimento.

Cuando la hora vacía sobreviene
sabes pasar tus dedos como un ungüento,
posarlos en los ojos emplumados,
reír con la yema de tus dedos.
¿Qué puedo darte yo sino la tierra?
Sembrado en el estiércol de los días
miro crecer mi amor, como los árboles
a que nadie ha trepado y cuya sombra
seca la hierba, y da fiebre al hombre.

Imperfecta, mortal, hija de hombres,
verdadera,
te ursupo, ya lo sé diariamente,
y tu piedad me usa a todas horas
y me quieres a mí, y yo soy entonces,
como un hijo nuestro largamente deseado.

Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que vuelvas a mí sin haberte ido.

En los parques, en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo,
donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños,
te deseo, te sueño.
¡Qué nostalgia de ti cuando no estás ausente!
(Te invito a comer uvas esta tarde
o a tomar café, si llueve,
y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche.)

Un voto de silencio indefinido

Un voto de silencio en memoria de los chismes que no edifican, los malos entendidos que lastiman, las palabras que destruyen relaciones y los reclamos que denigran.

En las muchas palabras no falta pecado; 
mas el que refrena sus labios es prudente. 
Proverbios 10:19


viernes, abril 29, 2011

¡Nada fuera de ti!

Ya es viernes. Desde hace una par de horas me imaginé en un café del centro, sentada junto a un ventanal, escribiendo en mi diario... Pero mi cartera ya se está quedando vacía, no hubo ninguna confirmación y mi estómago empezó a rugir, así que terminé en mi casa, en mi escritorio, frente a mi ventana.

He intentando asimilar todo lo que sucedió en esta semana post-campa: cansancio, caminatas bajo el quemante sol, indecisiones, más cansancio, dolor, sueño, charlas, café, peleas, decepción, ganas de ser borrada del mapa, muchas preguntas, ansiedad, ganas de llorar; saber que hay que desarrollar paciencia y amor en cualquier circunstancia, y descubrir que cuesta demasiado... cuesta todo.

Interesante post-campa, muy diferente a los anteriores -caracterizados sí por el cansancio, pero también porque era más sencillo encontrar la alegría y el gozo-.

Y justo hoy en la mañana pensé: "creo que estoy reseca, ¡necesito agua urgentemente!". Es lindo ser anfitrión, pero la dinámica de recibir personas en casa desgasta también... a veces ni te das cuenta, pero te afanas y terminas como Martha (véase Lucas 10:38-42). Y creo que algo así me pasó: me dejé llevar por la agenda que se iba armando, por las diferencias en los intinerarios, por las circunstancias y no me detuve para sentarme a sus pies.

¡Qué mal!

Pero hoy fue distinto. Los viernes visitó la Universidad sólo para ver a una joven que semanas atrás decidió comenzar una nueva vida caminando con Jesús.  Desde hace casi un mes nos sentamos en el pasto de su escuela para llevar un discipulado, leemos la Biblia, contestamos preguntas.

Mientras iba camino a dicha cita, sentí desánimo, confieso -vergonzosamente- que no esperaba mucho. Iba más por compromiso, pero el Señor me sorprendió. Fue una invitación a sentarme a sus pies y recordar qué es lo verdaderamente importante.

Hablamos del nuevo nacimiento y pasados los primeros 10 minutos dije en mi interior: "Padre, gracias". Ella estaba muy animada y motivada, con ganas de preguntar lo que no entendía, de compartir lo que descubrió... Me conmoví profundamente cuando le pregunté "¿qué fue lo que entendiste de la lección?" y ella respondió: Que he vuelto a nacer y que esta nueva vida es de verdad, que ya no soy esclava sino libre.

¡Gloria a Dios! Ahí estaba yo, sentada, mirando a Jesús a través de mi pequeña hermana; sintiendo la emoción de sabernos amadas por Dios, sorprendida por (re)descubrir que estoy en Él y Él en mí, que estamos juntos para siempre; deseosa de beber la leche espiritual, de aprende más, de conocerle más...

Cuando regresaba a casa, pensé "necesito estar con Él". Recordé ese canto que dice: "Porque fuera de ti, nada deseo en la tierra, tu presencia es más hermosa que cualquier cosa". ¡Así me siento ahora!

Esta sesión de discipulado me refrescó y me hizo recordar por qué decidí aceptar el llamado a la Obra. Jesús me recordó que no puedo desear nada fuera de Él que llene mi ser plenamente. Y también me exhortó a no permitir que las circunstancias me lleven a alejarme de sus pies y su Palabra.

Padre, gracias por el día tan iluminado. Perdóname porque mis fuerzas y mi corazón estuvieron en otro lugar, afanándose y desgastándose. Te ruego que me ayudes a recordar lo verdaderamente importante, y que pueda compartirlo con los que me rodean. En el nombre de Jesús, amén.

sábado, abril 23, 2011

Llegando...

Ayer regresamos. Gracias a Dios, el camino fue tranquilo y sin contratiempos.

Fue mi primer campa nacional como asesora, y fue diferente. Lo disfruté; procuré seguir el consejo de un amigo: "disfruta el campa y disfruta a los estudiantes". Qué lindo.

Por ahora sólo puedo decir que estoy de regreso... en partes. Mis pies y mis manos ya llegaron [forzosamente tenían que ser los primeros], y así estaré en estos días. No sé en cuánto tiempo esté completa de nuevo; me preocupa creer que lo que más tardará en llegar será mi mente, mi cerebro. Como que está pero no está. Esperemos que con un poco de descanso y reposo se agilice el proceso.

También me preocupa mi corazón, varias situaciones me conmovieron y aquel también debe de agarrar su ritmo de nuevo, para no correr riesgo de taquicardia emocional.

En fin, ya veremos.

domingo, abril 17, 2011

Abril

A propósito de las horas previas al campa, esperando por ver a mis amigos... esperando a que llegue el tiempo para que Dios muestre nuevamente quién es Él y a qué me ha llamado...
 

Anoche supe que vendrás
Que sólo tengo que esperar
Lo que nos guarda el porvenir
Lo que nos queda para abril

No tengo más que ofrecer
Sólo mis manos para extender
Palabras que ha guardado Dios
Para que seas mejor que yo

Que hoy sólo tengo que esperar
Que hoy sólo tengo que esperar aquí
El día en que vas a llegar
El día en que vas a quedarte aquí
Cuando llegue abril

Si te tropiezas al andar
En busca de la felicidad
No temas porque yo estaré
Para ayudarte a estar de pie

Que hoy sólo tengo que esperar
Que hoy sólo tengo que esperar aquí
Cuando llegue abril

Si ya me puedes escuchar
Sabrás de lo que eres capaz
Ser tan brillante como el sol
Mirar la vida sin temor

Si sólo luchas por ganar
Mañana podrás abrir el mar
Irás en busca de un amor
Tal como lo hice yo

Que hoy sólo tengo que esperar
Que hoy sólo tengo que esperar por ti
El día en que vas a llegar
Yo sólo se que voy a estar aquí
Cuando llegue abril
Abril

sábado, abril 16, 2011

Ansias pre-campa

Mañana partimos los del DF para el campa nacional. Desde ayer y desde otros puntos del país, más compas han iniciado el viaje al lugar en el que nos reuniremos aproximadamente 370 personas, con el fin de capacitarnos en la misión, animarnos y convivir como compañeros de misión.

Se trata de un evento que nos emociona, porque durante cinco días estaremos con nuestros amigos de diferentes lugares que de otro modo sería difícil ver.

Este será mi primer nacional como asesora, ¡y me siento sumamente emocionada! Mi rol será diferente, y me anima saber que muchos amigos míos estarán junto a mí, teniendo paciencia con mi inexperiencia; seguramente será una capacitación extra-muros por parte del Señor.

También me entusiasma ver a mis amigos, y saber que varios se quedarán en mi ciudad después del campa, lo que significa que habrá espacios para seguir platicando, conviviendo, caminando, tomando café. Mis amigos, mis hermanos.

¡Señor! Gracias porque nos das una nueva oportunidad de reunirnos para celebrarte y para celebrar tu misión en la Universidad.

¡Allá vamos!

jueves, abril 14, 2011

¡Le tomo la Palabra!

Él les dijo:
Venid vosotros aparte a un lugar desierto,
y descansad un poco.
Porque eran muchos los que iban y venían,
de manera que ni aún tenían tiempo para comer.

Marcos 6:31

lunes, abril 11, 2011

Posdata...

Sí, cansada... pero después del cansacio sólo puede venir el reposo.
¡Procurando gozarme y agradecer en medio del cansancio!
¡Con esperanza en Él!


domingo, abril 10, 2011

¿Estoy cansada? Sí, lo estoy

Estoy en un momento de cansancio que he decidido llamar "biopsicosocial-espiritual", intentando imitar a algunos de los téoricos -revisados y leídos en la Universidad- que deseaban incluir todas las esferas de la vida en una sola palabra. Sí, en todas las esferas de mi vida estoy sintiendo cansancio.

Va más allá de un cansancio físico; digo, todavía me puedo levantar por las mañanas, no siento dolor, pero sé que estoy cansada. Es inminentemente necesario hacer una pausa, y la haré el próximo viernes 15 -ya están avisados: no cuenten conmigo para ese día-. Estos días debo priorizar y sacar lo que se tenga que sacar "ya", lo demás lo iré re-organizando.

Pero Dios es sorprendente. En medio de este cansancio que ha provocado que me mueva, actúe y responda casi en automático, Él ha estado ahí, arreglando los pequeños detalles. Desde la kermesse "Fuera del Salero", desde ahí empecé a observarlo bien de cerca, nada se fue de Sus Manos; ayer, mientras un grupo de voluntarios (estudiantes, asesores y profesionistas) sirvió como meseros en una boda, con el fin de juntar más lana para el compa-bus, ahí también estuvo.

En esos dos eventos fue maravilloso observar a los estudiantes trabajando y esforzándose muy a su estilo y forma. Leer que un estudiante de bien lejos anda echándole ganas para abrir célula, o que otros ya están en eso, es como un suspiro que hace que tomes mucho aire para seguir. ¿Estoy cansada? Sí, lo estoy; pero observarlos a ellos, caminar con ellos, escucharlos... ¿qué más puedo pedir?

Pero no sólo están los estudiantes. También están los hermanos de la iglesia local, los que he conocido en mi corto sendero y han empezado a acompañarme. Esas familias que están al pendiente de mí cuando me preguntan "¿cómo estás? ¿todo bien?" o expresan un "avísanos si necesitas algo"; el hermano que me enseña una tarjeta donde está escrito mi nombre y me dice "hermanita, estoy orando por usted", o mis adolescentes que se emocionan al saber que me iré de campamento: "diviértete mucho", cuando no tienen idea de la chamba que me espera.

¿Estoy cansada? Sí, lo estoy. Pero leer que mi amiga -quien hace poco empezó a leer la Biblia y buscar el rostro del Padre- escribé en mi muro de FB que estará orando por mí, es refrescante. Descubrir que no soy la única que está teniendo una "desintoxicación", sino que mi mejor amiga está en lo mismo, es de consuelo y ánimo -y hasta me hace pensar que tal vez sí seamos gemelas espirituales-.

Es en este cansancio que Él se muestra aún más, que yo puedo ser más sensible a su actuar. Ahora es cuando más confío en Él y comprendo que dependo por completo de Él.

Gracias a Dios que puedo cansarme, y reconocerle como el Señor de la Obra.

Seguridad me dió Jesús

Mi Salvador, en su bondad,
al mundo malo descendió;
y de hondo abismo de maldad,
él mi alma levantó.

Seguridad me dio Jesús
cuando su mano me tendió;
estando en sombra, a plena luz,
en su bondad me levantó.
 

Su voz constante resistí,
aunque él amante me llamó;
mas su palabra recibí
y fiel me levantó.

Tortura cruel sufrió por mí
cuando la cruz él escaló,
tan sólo así salvado fui
y así me levantó.

Que soy feliz, yo bien lo sé,
con esta vida que él me dio;
mas no comprendo aún por qué
Jesús me levantó.

¿Qué me puede dar perdón?

¿Qué me puede dar perdón?
sólo de Jesús la sangre;
¿y un nuevo corazón?
sólo de Jesús la sangre.

Precioso es el raudal
que limpia toda mal;
no hay otro manantial,
sólo de Jesús la sangre.

Fue el rescate eficaz,
sólo de Jesús la sangre;
trajo santidad y paz,
sólo de Jesús la sangre.

Veo para mi salud,
sólo de Jesús la sangre;
tiene de sanar virtud,
sólo de Jesús la sangre.

Cantaré junto a sus pies,
sólo de Jesús la sangre;
el Cordero digno es,
sólo de Jesús la sangre.

jueves, abril 07, 2011

Mi barca


Tú has venido a la orilla
No has buscado ni a sabios ni a ricos
Tan solo quieres que yo te siga

Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo has dicho mi nombre
En la arena he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar.


Tú sabes bien lo que tengo
en mi barca no hay oro ni espada
tan solo redes y mi trabajo.

Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo has dicho mi nombre
En la arena he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar.


Tú necesitas mis manos
Mi cansancio que a otros descanse
Amor que quiera seguir amando.

Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo has dicho mi nombre
En la arena he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar.


Tú pescador de otros mares
Ansia eterna de almas que esperan
Amigo bueno que así me llamas

Señor, me has mirado a los ojos
Sonriendo has dicho mi nombre
En la arena he dejado mi barca
Junto a ti, buscaré otro mar.

domingo, abril 03, 2011

Tocarás a alguien

Autor: Sal y Luz.

Tocarás a alguien con tu vida,
abrirás camino con tu luz,
aunque estés postrado y con heridas,
llevarás a alguien a Jesús.

Sacarás a alguien de la muerte,
tus palabras le alcanzarán,
aunque sientas que a pocos les importe
tus esfuerzos fructificarán.

La palabra que quemó tu boca
es la chispa que el viento llevó,
sin que puedas saber a quiénes toca
un gran fuego se encenderá,
El Espíritu lo encenderá.

El sendero que ahora caminamos
no se debe andar en soledad,
uno al otro nos necesitamos,
construimos la comunidad.

Profundo Amor de Dios

Profundo el amor de Dios
Incomprensible, enorme,
Que a su amado hijo dé
Para hacer rico a un pobre.
Tan vasto el Dolor de Dios
El Padre se alejó de Él
Y el Mesías, al sufrir,
Me trajo a la gloria.

Contempla al hombre en la cruz,
Llevando mis pecados,
Avergonzado oigo mi voz
Burlándome con otros.
Mi culpa lo mantuvo ahí
Hasta que todo se cumplió
Me dio la vida al morir
Y sé que es consumado.

En nada yo me jactaré
Poder, juicio o dones,
Mas en Jesús me gloriaré,
Su muerte y resurrección,
¿Por qué he de ganar de Él?
No puedo dar respuesta;
Mas sé yo con todo mi ser
Que Él rescató mi vida.