lunes, diciembre 31, 2012

De Propósitos/Deseos/Metas/Y Similares

Hecho el balance del 2012, ahora corresponde pensar lo que quiero hacer para el 2013. No estoy segura de titularlos "propósitos", porque esos nunca los cumplo (ja!). Pero tampoco encuentro cómo nombrarlos, pero son acciones/actitudes/rutinas que deseo emprender.

Un gran desafío que quiero tomar es algo que encontré en mis notas personales: Leer más, pensar más, escribir más, preguntar más y conformarme menos. No está fácil, requiere disciplina, esfuerzo y sacrificio -¡pero me entusiasma el proyecto! Tal vez sí sea bueno pensar alguna sencilla estrategia para ir logrando avances; por ejemplo, antes de dormir leer más, escribir en el blog sobre lo que estoy pensando, y cosas por el estilo.

Otro gran desafío: Orar más. Y no sólo por hacerlo, sino de manera intencional y concienzuda más allá de lo típico y tradicional que he aprendido hasta ahora. Y dentro de esto, escuchar Su Voz, porque tengo la mala costumbre de formular un buen monólogo, pero no doy espacio para escucharle.

Estudiar la Biblia más, porque necesito ese marco de referencia para mi fe y para dialogar con mi realidad. Quiero conocer más a Jesús y seguirle sin prejuicios ni religiones, deseo dejar mis rígidas estructuras que no  me llevan hacia Él y que al final de nada sirven.

Ser más disciplinada para aprovechar mejor mi tiempo. Luego sólo lo uso mal o lo desperdicio. Y con esto no sólo me refiero al trabajo, también a mis espacios de recreación y descanso, de estudio, de amistades, de ejercicio físico. Cabe señalar que requiero tiempos fijos de retiro, un día al mes es lo que estoy pensando; pero también debo destinar tiempos fijos para el trabajo en casa y el estudio personal.

Ahorrar e invertir mi dinero sabiamente. Gracias a Dios tengo el sustento diario, pero creo que es posible hacer mejor uso del dinero que llega a mi cuenta. Mejorar la forma en que hago mi planeación financiera mensual, considerando los gastos necesarios y los espacios en que puedo invertir.

Aprender algo nuevo. Con esto me refiero a una actividad diferente, algo artístico que me ayude a conectar más neuronas; la guitarra y la fotografía son las opciones que tengo en mente -confieso que la segunda me atrae más. 

Ocupar mis manos. Tengo dos y seguro que pueden hacer cosas útiles. Desde cocinar u hornear, hasta bordar y cocer. No permitir que estén ociosas, ocuparlas para crear.

No estoy esperando que todo se me resuelva en el primer mes, porque no va a pasar. Pero sí anhelo seguir creciendo. Sé que el Señor movió cosas profundas este año y me está llevando a hacer preguntas, a buscarle sin máscaras y a esperar en Él. Confío que seguirá guiando, confrontando y animándome para empezar a dar buenos pasos en este 2013.


Lo que Dios hizo en el 2012

La base de mi alabanza y servicio debe ser 
el conocimiento de lo que Dios hizo en el pasado, 
porque puedo ver su actuar en la vida de su pueblo.
De mis notas personales. 14 de febrero de 2012.


Hace un par de días hice un ejercicio de recorrido por todo mi 2012, con el fin de ubicarme en mi propio momento de vida, procurando ser equilibrada en el balance de fin de año. Como era de esperarse, me reí de mí misma, me sorprendí, me hice preguntas, y comprobé que este año Jesús estuvo siempre ahí, andando junto conmigo.

Enlistaré a continuación algunas de las oraciones con las que caminé todo el año, y sus respuestas:

1. Pedí tener amor por los estudiantes politécnicos. ¡Y los amo! No con un sentimentalismo hueco, sino por decisión y con todo lo que eso implica (sudor, lágrimas y demás). Pero lo más increíble y bonito ha sido que ellos me han adoptado y me aman a pesar de mí misma.

2. Pedí salir de mi área de confort, de mi comodidad. Lo más fuerte al leer esto fue recordar que estuve metida en la marcha de Zacatenco y en la protesta en Bellas Artes cuando fue el paro en el IPN, sin dejar de lado la caminata de oración que hubo en el campus. Rompí mis propios límites no importando que doliera o fuera incómodo.

3. Fui muy consciente de mi hipocresía y mi pobreza espirtual. Y eso ha generado el anhelo de no ser religiosa ni farisea y vivir mi fe más genuinamente, más en lo cotidiano de mi vida. Eso incluye abrir mis oídos a los que no son ni piensan como yo, aceptar al que es diferente porque también es ser humano como yo y debe ser tomado en cuenta. ¡Y vaya que es difícil esto! Me cuesta mi orgullo, mi soberbia y mi egoísmo.

4. Quiero vivir como discípula. Muy ligado al punto anterior. Creo que he descubierto que mis propios esquemas ya los agoté hasta el punto en que no son suficientes para seguir creciendo en la fe. Quiero renunciar a mis propios "mandatos de hombres" para caminar más cerca de Jesús y aprender de Él.


5. Le pregunté a Dios ¿cuál es la justicia de tu Reino? Aquí debo decir que no he tenido una respuesta concreta, pero sí que Él ha puesto en mi corazón más inquietud por comprender más qué es eso de su Reino, cuáles son sus valores, cómo se vive y practica en el día a día. Y está relacionado con la misión integral, tema que ha empezado a cautivarme.


6. Pedí que el Señor me ayudara a verlo en mi iglesia local. Luché mucho con esto. Pero justo dos semanas antes de terminar el año, vi el amor de Jesús y lo palpé en un puñado de hermanos y hermanas a quienes aprecio y me muestran su amor libremente. ¡Ellos y ellas son mi iglesia!

7. Reconocí mi necesidad de ser valorada, acompañada y amada. Y por eso pude aprender que el Señor es mi Pastor, que me expresa su amor y lo manifiesta de maneras que tal vez yo no entiendo ni veo en primera instancia. Él ya me ama, ya me valora y ya me acompaña, y no me pide que sea brillante y excelente, sólo que permanezca en su amor.


8. Pedí personas que fueran mis mentores. Ha sido realmente feo mirar que yo andaba idealizando esto. Pero hace unas semanas alguien me cuestionó sobre el punto: "yo no entendía, ¿qué la célula de profesionistas no puede hacer esto?". Este año me integré a dicha célula, y ahí no sólo encontré un espacio de risoterapia (el que sepa leer, que lea), sino que encontré nuevos amiguitos y amiguitas que impiden que yo me encierre en mí misma: me obligan a mirar lo que sucede "allá afuera" en la vida profesional. Además, me cuidan voluntariamente y me recuerdan que antes que ser asesora soy ser humano; y abren mis posibilidades de servicio y amor a otros.


9. En el fondo, deseaba ser más yo de manera plena. De alguna forma, me sentía atada a los estándares o a las muestras de éxito, tenía miedo de "no dar el ancho". Pero este año estuve envuelta en un proceso de auto-conocimiento, siempre preguntado a Dios sobre quién era yo. Y ha sido lindo llegar a este punto en que no siento vergüenza de mí misma, porque sé que soy libre de ser yo porque Él ya me ha amado y recibido así; por supuesto, tengo fallas y cosas poco (o nada) agradables pero confío en su Espíritu que obra en mí y que perfeccionará la obra.

Y para cerrar este post, este 2012 fue el año que aprendí y comprendí en carne propia que la vida cristiana es una constante lucha de perseverancia y paciencia; que el dolor y el sufrimiento son compañeros en este camino de seguir a Jesús. "Cualquier puede ser cristiano cuando las cosas marchan bien", dijo mi pastor ayer, pero ¿y cuándo no estamos bien? Ahí es cuando vemos la realidad: la vida en esta tierra no es fácil ni sencilla, tomar decisiones y las consecuencias de éstas cuesta mucho, la injusticia y la corrupción son una realidad. Pero la otra parte de la realidad en nuestro caminar cristiano es que la gracia sobreabunda y basta, que Jesús ya pasó por ahí y nos comprende; que hay un Señor sentado en el trono y nada, absolutamente nada está fuera de su juicio y su misericordia.

El efecto por leer mis notas ha sido bello, porque me ha hecho levantar mis manos y dar gracias porque, pese a mi ceguera y egoísmo, Jesús siempre estuvo presente. Sigue cumpliendo aquella promesa que me desarmó y me rindió a sus pies: Yo siempre estaré con ustedes, hasta el fin del mundo.


jueves, diciembre 20, 2012

El abuelo Gaspar: un gran regalo de Dios.

Las personas son regalos de Dios. Y por medio de cada una Él nos enseña, nos guía, nos regaña y nos expresa su amor. Por eso, cuando ya no están nos duele, porque nos separamos de alguien que fue creado a imagen y semejanza de Él, es decir, ya no está quien nos ayuda a recordar que Dios está presente en este mundo que parece de cabeza y es un caos.

El martes partió mi abuelo Gaspar, un regalote que Dios puso en esta tierra para hablarme sobre el disfrute de la vida en las cosas sencillas y cotidianas. Un hombre que siempre admiré y seguiré admirando, porque sé que a pesar de que ya no está aquí, lo seguiré conociendo cuando escuche las anécdotas y las historias de mis tíos y tías, mis primos y primas, y sobretodo de la abuela con quien compartió toda la vida. Es decir, aunque ya no lo veré en esta vida, sus palabras y sus recuerdos seguirán dando cuenta de quién fue en la voz de todos nosotros que lo amamos.

Tan sólo han pasado un par de días y he conocido que el abuelo fue un hombre que amó y que se dio a sí mismo. No fue perfecto, por supuesto; ninguno de nosotros lo es. Pero vivió amando a su esposa y a sus trece hijos -muy a su manera, je-; también nos amó a sus treinta y tantos nietos. Apuesto que cada uno podemos recordar algún detalle que tuvo hacia nosotros, que fue especial y espontáneo, quizá muy sencillo pero profundamente significativo. Estoy segurísima que sí.

¡Y por eso damos gracias en medio del dolor! Porque se vale agradecer en medio de la pérdida; de no ser así, ¿de dónde podríamos aferrarnos para no desmayar? ¿cómo podríamos seguir recordando su sonrisa sin sentir que la vida y el alma se nos van de las manos? ¡No lograríamos compartir con otros quién fue y todo lo que hizo con y por nosotros!

Duele, sí duele. Porque la muerte no debería existir, no estaba en el plan original; no obstante, estamos hechos de historias (diría Eduardo Galeano), que son capturadas por la memoria para ser guardadas en el corazón y señalarnos quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos. Gaspar se fue, pero se quedan sus historias, su propia historia de vida que nos enseña un poco de nosotros mismos, y eso nos ayuda a continuar caminando, porque se hace camino al andar.

Por mi parte, guardo con mayor amor y ternura tres cosas sobre el abuelo: el único "domingo" que me dio cuando tenía 10 años, y que me hizo sentir rica por unos instantes; la plática en Querétaro, cuando él -con unas copas encima- se puso a bailar bajo la lluvia y me dijo que la vida era para disfrutarla, cerrando con su típica frase "discúlpame hija, estoy borracho"; y el par de veces que me sacó a la pista en alguna fiesta familiar, para darme la bailada de mi vida. Y una extra: cada vez que iba a visitarlo y que me saludaba con un abrazo fuertísimo, estrujante, acompañado con un "¿dónde anda mi chaparrita, eh? ¿dónde anda mi muñequita?".

Dios y Padre mío, gracias por el abuelo Gaspar. Fue un regalo invaluable y un ejemplo de sencillez y amor, de entrega pese a la escasez, de pasión por la vida, de deseo de conocer y aprender sin importar que no se tuviera un papel académico. A los que nos quedamos ayúdanos a seguir caminando, a honrar su nombre y a vivir como debemos hacerlo. Amén.

Gaspar Vilchis Esquivel.
6 de enero de 1930 - 18 de diciembre de 2012.

sábado, diciembre 15, 2012

Soy libre para ser Ada

Por fin rompí mi silencio interior. Semanas atrás había entrado en un mutismo y retraimiento que ni yo misma comprendía. Simplemente no podía tomar mi libreta rústica para mantener mi correspondencia con Dios. Me desesperé conmigo misma, me sentí culpable. ¿Por qué rayos no podía abrirme plenamente y decir lo que sentía, pensaba, soñaba? No lo sé, pero tuve que ser muy paciente. 

Hoy lo logré. Pude tomar la pluma y sacar parte de lo que traigo cargando. Lo lindo fue ser bien sincera con Él, decirle que no me nacía hacerlo pero que sé y estoy segura de que Él sigue conmigo, como siempre ha sido, que me sigue amando a pesar de mis propios temores, culpas, hartazgos y demás. 

Fue una conversación muy franca. Y pienso que un detonante clave fue que, ayer por la noche, estuve más consciente de que en este momento de mi vida me siento libre de ser quien soy; aunque sigo cargando con algunas inseguridades y complejos, ya no tengo miedo de ser Ada, con todo lo que eso implica, es decir, con fallas y aciertos. Ya no tengo miedo porque sé que soy amada y no hay nada en este mundo ni en el que viene que pueda quitarme ese amor.

No tengo que matarme intentando ser alguien que simplemente no soy. No hay necesidad de compararme con nadie, ni de mortificarme porque no cumplo los estándares o las expectativas que otros ponen en mí. Él es el único que puede pedirme un cambio y llevarlo a cabo, y sé que lo hace con ternura, de tal forma que es irresistible trabajar en conjunto con Él.

Soy libre de ser quién soy frente a Él, porque además ¡Él me conoce muy bien! No le sorprende ni le asusta mi personalidad, mi carácter o mis sueños, porque sabe quién soy. Entonces, ¿por qué tratar de ocultárselo? Si antes de que yo supiera de Él quiso traerme hacia sí, sabiendo lo que estaba haciendo con mi vida, ¿por qué tratar de disimular ahora? No tiene sentido, es absurdo e inútil.

Y por eso pude romper mi silencio y platicar sobre lo que estoy sintiendo y temiendo; pude pedirle ayuda, cuidado y fortaleza. Pude sentir su abrazo tierno, diciendo "Yo sé, y te amo", y responder con  una sonrisa y un suspiro de gratitud.

No hay más. Él es el amor de mi vida, pese a mí misma.


Y mientras escribía este post, estuve escuchando esta canción:


martes, noviembre 27, 2012

¿Quién eres, Señor?



¿Quién fue ese Jesús que trastocó tanto el mundo que le tocó vivir?

¿Por qué fue tan importante, y aún en mis tiempos se insiste en enseñarlo a otros?

¿Por qué digo que quiero conocerlo y amarlo con todo lo que soy?

¿Quién es este, que quiso morir en la Cruz?

¿Quién es este Dios que quiso encarnarse y habitar entre nosotros, como uno de nosotros?

¿Quién es este Rey de gloria que nació en un pesebre?

¿Quién eres Jesús? 
¿Quién eres, que un puñado de hombres no tuvo temor a comunicar a otros que Tú eras el Cristo, el Mesías?

¿Quién eres, que después de conocerte y seguirte el curso de la vida no ha sido el mismo, 
ni volverá a ser el mismo?

¿Quién eres, Señor? Quiero conocerte...





lunes, noviembre 12, 2012

Escucharnos unos a otros

Estoy leyendo a Stott en "El cristiano contemporáneo". Y en su segunda parte, que aborda el tema del discipulado, el primer capítulo de dicha sección nos señala la importancia de tener un oído atento, puesto que "todo discípulo verdadero es un oídor". Es importante escuchar a Dios, escucharnos unos a otros y escuchar al mundo.

Hoy leí una cita larga de Bonhoeffer que me llamó la atención por señalar que escuchar es un acto que expresa amor y no hacerlo es despreciar a nuestro prójimo. Me parece interesante que no sólo debemos mirar con los ojos de Dios, ¡también debemos escuchar con sus oídos! A continuación comparto el fragmento mencionado (el subrayado es mío):
El primer servicio que uno debe a otro dentro de la comunidad consiste en escucharlo. Así como el comienzo de nuestro amor a Dios consiste en escuchar su palabra, así también el comienzo del amor al prójimo consiste en escucharlo. El amor que Dios nos tiene se manifiesta no solamente en que nos da su palabra, sino también en que nos escucha. Escuchar a nuestro hermano es, por tanto, hacer con él lo que Dios ha hecho con nosotros. Cierto cristianos, y en especial los predicadores, creen a menudo que, cada vez que se encuentran con otros hombres, su único servicio consiste en "ofrecerles" algo. Se olvidan de que el saber escuchar puede ser más útil que el hablar...
... La cura de almas se distingue fundamentalmente de la predicación en que a la misión de hablar se añade la de escuchar. Se puede escuchar a medias, convencido de que, en el fondo, ya se sabe todo lo que el otro va a decir. Estas es una actitud impaciente y distraída de escuchar que desprecia al prójimo, y en la que no se espera otra cosa sino el momento de quitarle la palabra. 
... Los cristianos... han olvidado que les ha sido encomendado el ministerio de escuchar por aquel que es "el oyente" por excelencia, que quiere hacernos partícipes de su obra. Debemos escuchar con los oídos de Dios para poder hablar con la palabra de Dios.

jueves, noviembre 08, 2012

12. A Dios sea la gloria - Himno evangélico

Y llegamos al final de esta lista musical, cuyo fin fue conmemorar mi primer cuarto de siglo. Este recorrido express de mi vida hasta este momento me hizo reconocer la eterna gracia de Dios; nada, absolutamente nada se le escapa de las manos.

El 6 de noviembre desperté sabiendo que soy profundamente amada, y para ello no he tenido que hacer nada... Es un amor genuino, auténtico, inmerecido. Es pura gracia y lo único que puedo hacer al respecto es recibirlo, agradecerlo y proclamarlo.

Inicio el segundo cuarto con la expectativa de sus planes y sus trazos en mi vida, pero sobre todo de conocerlo más en este caminar. Mi anhelo y oración es permanecer en Su Palabra y dejar que Él produzca el fruto en mí. Sólo Él, sólo Él.

A Él sea la gloria por los sueños cumplidos y los que están por venir. A Él sea la gloria por siempre.



A Dios sea la gloria.
Andraé Crouch.

¿Cómo agradecer
lo que hizo el Señor por mí?
Que, sin merecer,
derramó su sangre carmesí;
un coro de un millón de ángeles
no expresará mi gratitud,
pues lo que soy y un día anhelo ser,
lo debo todo a él.

A Dios sea la gloria,
a Dios sea la gloria,
a Dios sea la gloria
por lo que hizo por mí.
Con su sangre me salvado,
su poder me ha sanado,
a Dios sea la gloria
por lo que hizo por mí.

Quiero vivir una vida
que sea agradable sólo a él,
y si ganare alguna fama,
toda al Calvario la llevaré.

Con su sangre me ha salvado,
su poder me ha sanado,
a Dios sea la gloria
por lo que hizo por mí.


11. Corazón libre - Mercedes Sosa

¿Por qué esta rolita está en la lista? ¡Por que me recuerda que soy verdaderamente libre!

No se trata de libertinaje, ni de rebeldía sin causa; se trata de esta vida que, al dejar de ser mía, puedo disfrutar plenamente. Se trata de ser libre del egoísmo y ser esclava del amor. Se trata de ser liberada de lo que me deshumaniza para ser más humana y sensible.

Pero siempre está la tentación a regresar, a tomar las antiguas cadenas porque es más cómodo. Pensar que, si no hago algo por mí misma ahora, jamás disfrutaré "lo bueno de la vida" (?); y ese es el engaño más viejo de todos los tiempos. Por eso esta vida cristiana es una constante lucha: no sólo contra el mundo que ha rechazado a Jesús, también contra aquello que, dentro de mí, se sigue resistiendo.

Esta canción me recuerda la resistencia que se requiere en esta carrera. Resistir y permanecer. Correr con paciencia y perseverancia. No dejar de mirar hacia la meta. No entregarme a lo que me esclavizaba, sino al que ya me ha liberado y vivir verdaderamente la vida.



Corazón libre.
Rafael Amor
(canta Mercedes Sosa)

Te han sitiado corazón y esperan tu renuncia,
los únicos vencidos corazón, son los que no luchan.

No te entregues corazón libre, no te entregues.
No te entregues corazón libre, no te entregues.

No los dejes corazón que maten la alegría,
remienda con un sueño corazón, tus alas malheridas.

Y recuerda corazón, la infancia sin fronteras,
el tacto de la vida corazón, carne de primaveras.

Se equivocan corazón, con frágiles cadenas,
más viento que raíces corazón, destrózalas y vuela.

No los oigas corazón, que sus voces no te aturdan,
serás cómplice y esclavo corazón, si es que los escuchas.

Adelante corazón, sin miedo a la derrota,
durar, no es estar vivo corazón, vivir es otra cosa.

10. Todo cambia - Mercedes Sosa

En esta vida, todo cambia. Las estaciones del año, el cielo, las personas. Gracias a Dios, hay cambios que son parte de ciclos y esto nos ayuda a tener un grado de certeza y seguridad. Por ejemplo, el frío del invierno cambia por lo cálido de la primavera, pero sabemos que esto sucede cada año, así que sabemos qué esperar.

Después de mis principios en la fe y el llamado a servir entre estudiantes, la vida cambió: la rutina personal y familiar; las prioridades, los intereses, las lecturas, las ideas, los sueños, los proyectos... ¡la esperanza! La forma de mirar al mundo y a la iglesia, la forma de comprender la vida... También aquello que está dentro de mí.

No soy la misma que antes y hay muchos testigos a mi alrededor que lo confirman. Para algunos temas y asuntos soy más abierta, pero para otros he marcado un límite claro y otros ya ni pintan en la agenda. Ya no me siento mal por cambiar, no estoy condenada a ser o pensar o hablar de tal o cual forma; soy libre de ser quien Él quiere que yo sea. Eso es fabuloso.

Estar más consciente de que todo cambia me ayuda a estar preparada (por lo menos en lo más básico) para los cambios por venir. No será la misma cuando tenga 30 ó 50 años, y sospecho que igual estaré maravillada al saberme distinta y diferente, pero podré dar gracias -como ahora- y le alabaré.




Todo cambia.
Julio Numhauser
(canta Mercedes Sosa)

Cambia lo superficial
cambia también lo profundo
cambia el modo de pensar
cambia todo en este mundo

Cambia el clima con los años
cambia el pastor su rebaño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño

Cambia el más fino brillante
de mano en mano su brillo
cambia el nido el pajarillo
cambia el sentir un amante

Cambia el rumbo el caminante
aunque esto le cause daño
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño

Cambia todo cambia...

Cambia el sol en su carrera
cuando la noche subsiste
cambia la planta y se viste
de verde la primavera

Cambia el pelaje la fiera
cambia el cabello el anciano
y así como todo cambia
que yo cambie no es extraño

Pero no cambia mi amor
por más lejos que me encuentre
ni el recuerdo ni el dolor
de mi pueblo y de mi gente

Lo que cambió ayer
tendrá que cambiar mañana
así como cambio yo 
en estas tierras lejanas


Cambia todo cambia...


miércoles, octubre 24, 2012

Despidiéndome de Juárez

Tarde en ICSA

Estoy a unas horas de tomar el camión que me llevará a la ciudad de Chihuahua. Ya hice la maleta, y desde ayer empezaron las despedidas.

Para mi sorpresa, otra vez tengo la sensación de no querer irme: un sentir que susurra en mi corazón y que presiona ligeramente mi pecho, como para frenarme y detenerme. Y es que desde hace un año Ciudad Juárez atrapó mi corazón, y en cada visita me quita un pedacito de él, reteniéndolo en el cielo, en el sol, en las calles del centro, en los amigos, en el viento. 

Ayer, mientras tomaba una nieve frente a la catedral, observaba a mi alrededor, a las personas y los autos; escuchaba los sonidos y sentía el viento suave. Y no pude resistir decirle a mi amigo con quien estaba: "Es que, en serio, me gusta Juárez". Así como la he conocido, con el descuido del gobierno a cuestas, con las heridas y cicatrices visibles, con la indiferencia de otros, con el juicio que señala (a veces injusto, o incluso ignorante)... así, con las fachadas de las casas sin pintar, los negocios cerrados, el transporte público deficiente, los baches de las calles; así, con el rostro sucio de los niños, las palabras altisonantes de los choferes... Así como la he conocido y escuchado, así me gusta. Así empecé a querer  esta ciudad de frontera.

Justo me preguntaban: entonces, ¿sí te sientes cómoda aquí? Y creo que esa pregunta no es la adecuada, porque mi respuesta sería que no, no me siento cómoda, porque toda la vida la he hecho en una ciudad capital que brinda acceso a mucho más de lo que aquí puedo tener. Si se trata de comodidad, mejor me quedo en el DF. Sin embargo, algo ha sucedido dentro de mí que me lleva a considerar dejar todo eso para venir acá y entregarme a otros, servir a otros, morir a mí misma por otros.

Ya no es la euforia, ni la emoción, ni la ilusión. Ahora es la evaluación seria, el silencio, la medición de los costos. Y en medio de todo, sigue presente ese interés por un lugar y por un pueblo que clama y evidencia una necesidad fundamental.

No quiero irme de aquí. Pese a todo lo que otros piensan, creen e imaginan, esta ciudad es hermosa; yo tengo esa convicción. Pero es necesario dejar los estándares tan arraigados y cambiar la perspectiva. Estoy segura que vendrán mejores tiempos, y quiero ser parte de ese proceso y de esa espera.

Me iré, pero confío en que podré regresar.

martes, octubre 23, 2012

9. Viva Chihuahua - José Alfredo Jiménez

Hemos llegado a la número nueve en la lista de canciones que describen un poco mi caminar en estos 25 años de vida. Ya recorrimos desde la infancia, pasando por la adolescencia hasta el encuentro con Jesús que marcó el antes y el después. A grandes rasgos les compartí a lo que me dedico, mi trabajo que también es un llamado de Dios (entendido como el llamado que Él hace a todos sus hijos) y ahora tenemos en escena un lugar que se ganó un espacio importante en mi corazón y en mi mente.

Todo empezó cuando conocí amigos chihuahuenses. Nunca había estado en contacto con personas de  un lugar tan, tan lejano y no tenía ni idea de cómo era eso de vivir en el norte. Los medios electrónicos fueron muy útiles para mantener la comunicación, y para escuchar al otro que era bien diferente a mí. 

A la par, empecé a orar por la obra estudiantil en Chihuahua, sin saber las consecuencias de tan sencilla pero importante acción. Gradualmente me interesé más por lo que sucedía ahí y lo poco que lograba ver en los periódicos del DF me llevaba a preguntarme cómo harían los estudiantes universitarios para soportar la violencia, la corrupción, el miedo, el dolor, la frustración y lo difícil que pintaba el panorama. ¿Cómo se podía tener una vida en esas circunstancias?

Entonces, pensé en involucrarme de otra forma en la obra estudiantil y empecé a considerar moverme para servir en las acciones de obra pionera. De ahí que ahora esté en el tercer viaje para visitar a los estudiantes que acá han decidido compartir a Jesús entre sus compañeros. Sin embargo, aún estoy explorando el llamado a estas tierras, ¡aun me falta mucho por aprender!

Además de la obra estudiantil, Chihuahua me ha gustado muchísimo. El cielo es precioso y el desierto me fascina; la forma de hablar de las personas, su acento, las palabras. La historia que se puede respirar en Ciudad Juárez, pero también la enorme necesidad social que existe me llevan a preguntarme cómo podría trabajar aquí, en dónde, haciendo qué. ¿Estaría dispuesta a fundar familia aquí? ¿A intencionar la vida aquí? Aun no tengo la respuesta completa, pero tengo una esperanza particularmente especial cuando observo lo triste y abandonado de la ciudad: esto se puede levantar de nuevo. Estoy segura que este lugar puede levantarse y reconstruirse.



Viva Chihuahua.
José Alfredo Jimenez.

Por mi tierra bendita que es Chihuahua
esta tierra tan llena de alegría
ahí va la vida mía, y ahí va mi corazón
Corazón que nació pa' ser rebelde
porque sabe perder cuando se pierde
porque grita contento cuando gana
Que viva mi Chihuahua,
¡qué es toda mi ilusión!

Viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra que sabe a cariño,
tierra que huele a sotol;
viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra bendita bañada de luna y de sol.

Nada importa si vengo de Delicias
nada importa si vengo de Camargo
Si soy de Casa Grandes, de Juárez o Parral;
lo que importa es que todo sea Chihuahua
y mi sangre sea sangre tarahumara
y llevar las costumbres de mi raza
metidas en el alma como algo sin igual.

Viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra que sabe a cariño,
tierra que huele a sotol;
viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra bendita bañada de luna y de sol.

Que bonito es sentirse chihuahuense
y aventar por los aires un balazo
que marque en el espacio la ruta del valor;
enfrentarse al destino cara a cara,
adorar con pasión todo Chihuahua
y cantar al compás de mil guitarras
canciones de mi tierra con todo el corazón.

Viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra que sabe a cariño,
tierra que huele a sotol;
viva Chihuahua, viva Chihuahua!
Tierra bendita bañada de luna y de sol.

jueves, octubre 18, 2012

Hemos perdido aun...

Hace un par de días compré un libro nuevo: El cuaderno verde del Che. Se trata de una antología de poesía que, al parecer, el Che Guevara compiló en un cuaderno verde con letras árabes en la portada. Es mi lectura "ligera", necesaria para mi mente ahora que estoy pensando en muchas cosas. O, mejor dicho, es un espacio para pensar de forma distinta, reflexionar creativamente.

Al ir leyendo, encontré este poema de Pablo Neruda, que me gustó; creo que me identifico con algunas cosas.


Pablo Neruda
Veinte poemas de amor y una canción desesperada.

10

Hemos perdido aun este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.

Hemos visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.

A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.

Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.

Entonces, dónde estabas?
Entre qué genes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?

Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.

Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.


Despegando...

En medio de las dudas, el Señor susurra por medio de los amigos y de los pequeños detalles. Hoy lo comprendí un poco mejor en la madrugada, esperando el avión. Comparto un pedacito de lo que escribí hoy muy temprano:

¿Acaso estoy soñando, Padre? ¿Cómo es que me haces estos obsequios tan inesperados? 
Como María, quiero atesorar estas cosas en mi corazón. Tú has creado expectativa cuando la apatía me amenazaba bien cerca. Ahora se asoma la pregunta: ¿qué harás en este viaje, Señor? ¿Qué es lo que estás tejiendo? ¿Qué trama estás diseñando? 
Gracias porque de nuevo me muestras que Tú eres Soberano y la misión es tuya. Gracias porque yo puedo confiar en ti, Tu Palabra es la mejor garantía. 
Aquí estoy. Tan frágil y débil, tan vulnerable ante mis emociones y mis ilusiones. Y aquí estás Tú, imponente pero amoroso. ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo frente a Ti, el Dios Creador, el Dios de la Historia, el Dios Redentor, el Dios Soberano que gobierna en el universo? ¡Y aún así soy llamada tu hija! 
Gracias porque tu amor no depende de mí ni de mi ecuanimidad emocional, ni de mis logros, ni de mis habilidades y aptitudes, ni de mis sueños o mis deseos. Gracias porque tu amor es soberano y me amas pese a mí misma. Gracias porque me llamas a caminar junto a ti y a servirte pese a mis dudas e inquietudes, gracias porque las convertirás en vigor y en certeza. 
Allá vamos…

martes, octubre 16, 2012

8. Señor, cuando tú me llames - GBUCH

"Y Ada, ¿ya trabaja?", es la pregunta obligada que la familia hace a mi mamá desde que supieron que terminé la licenciatura. "Sí, ella ya trabaja". La primera vez que escuché esa respuesta mi corazón se alegró, porque en mi hogar se reconoce lo que hago.

Pero, ¿qué tipo de trabajo hago? No tengo una oficina, no tengo un cubículo, no hay una agenda demasiado rígida, no hay papeleos cansados y tediosos, no hay un horario predeterminado... Entonces, ¿qué trabajo es este?

Más allá de considerarlo una mera actividad laboral por la cual recibo un sueldo, es un llamado de Dios a servirle con lo que sé y puedo hacer. Ahora que lo pienso, para los cristianos, esa debería ser nuestra concepción del trabajo: un llamado de Dios a servir con lo que sabemos y hacemos para el extendimiento del Reino, sea cual sea nuestra profesión. No hay profesiones más "santas", todas deben aportar algo a la propagación del Evangelio y la transmisión de los valores bíblicos.

Mi trabajo (entendido no como una carga, sino como la oportunidad que Dios me da para desarrollarme como persona) consiste en acompañar, formar y pastorear a estudiantes cristianos que han decidido predicar al Jesús de las Escrituras, a través de grupos de estudio bíblico en su escuela/universidad. No tiene nada que ver con lavar cerebros, ni con fanatizar; se trata de caminar junto a ellos, escucharlos, conocerlos y brindar el apoyo que está en mis manos (glup!) para que logren su misión.

Sin embargo, este trabajo es aún más diferente por una razón: puedo involucrarme emocionalmente con mis "usuarios". Estoy hablando en términos de mi profesión (Trabajo Social); en la universidad nos decían que no podíamos hacer esto con las personas que atendíamos, pero en mi trabajo no es prudente tomar distancia. ¿Por qué? Porque siguen siendo personas, y más allá de eso, somos hermanos y hermanas en la fe, y mi fe no me concede ser indiferente... ¡más bien debo estar cerca!

Esta labor es parte del llamado que Dios hace a su pueblo a sumarse a su plan de trabajo. Y al ser Él quien llama, Él es quien confirma, sostiene, capacita... quien provee la tierra que debe ser trabajada y el agua para ser regada. Él es quien perfecciona, quien dirige la Obra, quien marca las pautas sobre las cuales el Proyecto irá marchando. 

De manera muy general y amplia, este es mi trabajo. A esto me dedico desde hace un año nueve meses, pero los últimos seis meses han sido especiales porque lo he comprendido a mayor profundidad; soy más consciente de lo inmerecido que es, y por consiguiente, del privilegio y la gracia que es desempeñarlo. 

A continuación, un canto que conocí desde estudiante en Compa, pero que ahora toma más sentido que nunca. Cada frase, cada palabra se vuelve una oración en el corazón, con la esperanza y la convicción de que, Aquel que hizo el llamado, la responderá.



Señor, cuando tú me llames
GBUCH-CIEE

Señor, cuando tú me llames
pon mi mano en el arado,
pon la simiente en la alforja,
dame un pedazo de tierra
donde pueda cada día
trazar líneas paralelas.

Dame también gotas de agua
de la lluvia tempranera,
del sudor sobre mi frente,
de mis ojos cuando sienta
el corazón conmovido
por la alegría o la pena.

Señor, cuando tú me llames
dame al fin lo que tu quieras,
dame el monte o dame el llano
o una montaña de piedras;
pero Señor, sobre todo,
multiplícame las fuerzas,
dame un canto de victoria
y que la multitud de mis penas, 
de mis dudas e inquietudes,
cambien en vigor y en certeza.

Señor, cuando tú me llames
pon mi mano en el arado,
ponme un carbón encendido
quema mis impurezas y cambia mi vida,
pon tu luz en la diáfana lumbrera,
de victoria cual antorcha
y de guía al que no pueda
encontrar entre las sombras
el sendero de tus huellas.

Señor, cuando tú me llames
dame al fin lo que tu quieras,
dame el monte o dame el llano
o una montaña de piedras;
pero Señor,  sobre todo,
multiplícame las fuerzas,
dame un canto de victoria
y que la multitud de mis penas, 
de mis dudas e inquietudes,
cambien en vigor y en certeza.

Señor, cuando tú me llames
dame al fin lo que tú quieras,
como el viento a la marea,
yo quiero escuchar tu voz,
yo quiero escuchar tu voz,
inconfundible y serena.



jueves, octubre 11, 2012

7. Volver a los 17 - Sanampay/Violeta Parra

Después de toparme con Jesús y de escuchar su llamado a seguirle el resto de la vida en esta tierra, las cosas comenzaron a cambiar: empecé a tener nuevos amigos y a salir con ellos, pasaba más tiempo en la universidad por estar con ellos; comencé a participar en los campamentos, lo que implicaba salir de la ciudad. 

También, empecé a sonreír más y a gruñir menos -mi carácter no siempre ha sido lindo y dulce; de hecho, creo que aún no lo es. Aceptaba más fácilmente las bromas de otros, jugaba más, lloraba menos. Así mismo, di mis primeros pasos en la soltería después de cinco años y descubrí que era bueno, que podía hacer más cosas para mi y para otros: las caminatas por CU se hicieron costumbre, así como sentarse en el pasto de las Islas para leer, escuchar música o estudiar la Biblia con otros. 

Muchos dicen que ese fue el "primer amor". Y puede ser que sí, porque todo era color de rosa... hasta que llegó la primera crisis con sus preguntas difíciles y los temores correspondientes. No obstante, pese a esa primera crisis las cosas no volvieron a ser las mismas; en este trayecto de vida he hecho, dicho y pensado cosas que, según yo, debí hacer en mi adolescencia. Por esa razón digo que estoy en mi "segunda adolescencia": me descubro y re-descubro en Él, por medio de Su Palabra, en la convivencia y comunión con otros. 

Y aunque ya no estoy en la euforia de los primeros meses con Jesús, sí continúo fascinada por Él: su encarnación, su ministerio, su crucifixión, su resurrección y su ascensión. El Dios Creador encarnado, tomando la iniciativa para redimir a su pueblo; el Dios de la Historia metiéndose en ella, viviendo entre nosotros, caminando con nosotros, muriendo por nosotros y resucitando como muestra de que es el Señor. Conocerlo es fascinante y desafiante, me confronta y me descubre tal cual soy, y me señala lo que quiere que sea.

Mi segunda adolescencia porque estoy enamorada de Él, y porque la rebeldía toma un cauce, un propósito definido claramente. No sólo tengo una razón para vivir. Ahora tengo una razón por la cual morir y gastar la vida.




Volver a los diecisiete
Violeta Parra

Volver a los diecisiete
después de vivir un siglo
es como descifrar siglos
sin ser sabio competente.
Volver a ser de repente
tan frágil como un segundo,
como un niño frente a Dios
eso es lo que siento yo
en este instante fecundo.

Se va enredando, enredando
como en el muro la hiedra,
y va brotando, brotando,
como el musguito en la piedra
ay, sí sí sí.

Mi paso retrocedido,
cuando el de ustedes avanza;
el arco de las alianzas
ha penetrado en mi nido
con todo su colorido,
se ha paseado por mis venas
y hasta las duras cadenas
con que nos ata el destino
es como un diamante fino
que alumbra mi alma serena.

Lo que puede el sentimiento
no lo ha podido el saber,
ni el más claro proceder
ni el más ancho pensamiento.
Todo lo cambia el momento
cual mago condescendiente,
nos aleja dulcemente
de rencores y violencia:
solo el amor con su ciencia
nos vuelve tan inocentes.

El amor es torbellino
de pureza original;
hasta el feroz animal
susurra su dulce trino,
detiene a los peregrinos,
libera a los prisioneros;
el amor con sus esmeros
al viejo lo vuelve niño
y al malo solo el cariño
lo vuelve puro y sincero.

De par en par la ventana
se abrió como por encanto,
entró el amor con su manto
como una tibia mañana;
al son de su bella diana
hizo brotar el jazmín,
volando cual serafín,
al cielo le puso aretes
y mis años en diecisiete
los convirtió el querubín.


viernes, octubre 05, 2012

Nadie lo dijo



Así es, nadie dijo que fuera fácil. Caminar con Jesús no es tan sencillo, y Él mismo lo advirtió a las multitudes que lo seguían y lo buscaban.

Apenas voy para cuatro años en estos asuntos, y cada temporada que pasa comprendo más profundamente esta verdad, porque las cosas se vuelven más profundamente complejas. Para nada es fácil ser cristiano, es decir, un fiel discípulo y seguidor de Jesús.

Nada tiene que ver con la religión, con las tradiciones o con ciertas costumbres; esas son fáciles de seguir: basta con que se hagan rutina y ya. Sin embargo hablar, desear y pensar como discípulo es otra cosa, es estar dispuesto a negarse a sí mismo cada día, cargar la cruz cada día, aceptar que se es vulnerable y dependiente de Él cada día; negarse a conformarse al contexto que se vive, resistirse a la "opción" de diluir el Evangelio y vivir cómodamente sin que nos afecte nada salvo nuestra propia comodidad.

¡Seguir a Jesús no es fácil! Muchas veces he escuchado que dicen que una vez que "le has aceptado en tu corazón" (una fórmula que no termino de comprender y aceptar del todo), el gozo comienza en tu vida. Pero... si uno en verdad ha considerado ir en pos de Él, es porque debió haber escuchado antes sus palabras de advertencia, porque podría llevar una gran decepción.

Ser discípulo no es cómodo, porque implica ensuciarse las manos, quebrarse la cabeza, dolerse por el pecado y sus consecuencias en este mundo. ¿Acaso no es bien padre sentarse diario frente al televisor  sólo para mirar mis programas favoritos? ¿Acaso no es más fácil ignorar lo que ocurre a mi alrededor para que no me afecte? ¿Acaso no es más cómodo decir "dejemos de vivir en el pasado" o aplicar una forma de pensamiento que sólo se dedique a señalar con el dedo inquisidor a aquellos que han tenido a bien protestar frente la injusticia? Vamos, eso es fácil, cualquiera puede hacerlo desde un cómodo sofá.

Pero cuando le decimos a Jesús "quiero seguirte", también decimos "estoy dispuesto a ser vulnerable, a mostrarme sensible, a seguir esas pisadas tuyas entre los que han sido marginados, a levantar la voz denunciando lo que no va conforme a tu Reino". Eso, querido lector, requiere esfuerzo y el esfuerzo duele, cuesta, nos da batalla.

Seguir a Jesús nunca ha sido fácil. Pero bien vale la pena, porque sólo por medio de Él podemos ser verdaderamente humanos, es decir, su obra en la cruz y su resurrección nos permite ser más sensibles tanto a lo bueno como a lo malo. Nos capacita para disfrutar plenamente las bendiciones de Dios, con acción de gracias, porque le reconocemos como nuestro Padre; y también nos quita esa horrible costra de indiferencia hacia el prójimo y el necesitado. ¡Sólo la vida dedicada a ser discípulo es una vida plena de verdad!

Justo ahora, para mí, ser discípula de Jesús no es fácil; no obstante, y a pesar de lo que me está costando, quiero serlo. Igual que hace casi cuatro años le dije "quiero seguirte", lo vuelvo a decir ahora y hasta con más testarudez (je!). Porque ya he comprobado que, aunque no es sencillo, es la única manera de gastar la vida, de perderla... para, al final, ganarla. 

domingo, septiembre 30, 2012

6. Mi corazón te canta - Jesús Adrián Romero

Alguna vez escuché que alguien dijo: "No sólo en la historia, también nosotros tenemos un antes de Cristo y un después de Cristo". Y si tuviera que definir mi "año cero", ese sería el 2008.

Fue un año de sucesos inesperados y dolorosos, de incertidumbre, dudas, miedo, decepción profunda y soledad. Toqué fondo. Y en mí algo comenzó: la sensación incesante de que tenía que buscar pero sin saber qué; varios meses estuve en el fondo y con esa necesidad de buscar y encontrar quién sabe qué cosa.

Hasta que lo descubrí: un hombre que alimentó a cinco mil personas porque tuvo compasión de ellas, porque le preocupó que tuvieran hambre. Un personaje que caminaba entre aquellos que eran marginados. Él... ¡el mejor trabajador social de todos los tiempos!

Y después, lo conocí de cerca, en los rostros de estudiantes de universidad de la carrera de Derecho, Química y Psicología. Lo escuché en la voz de ellos, que leían la Biblia y explicaban cosas que yo no entendía del todo ("¿gracia, qué es eso?"). Caminé con Él, junto a un egresado de Ingeniería Civil del IPN ("¿por qué está aquí en CU?"). Comí con Él, en la misma mesa, junto con esos jóvenes que, como yo, estudiaban la carrera pero hacían, decían y pensaban diferente a lo que yo conocía.

Un buen día, metida en esa búsqueda y deseo de conocerlo más, me encontré con Él. Me topé de frente con Jesús, el amigo que acompaña siempre. "Yo estoy contigo, siempre será así". Un abrazo suave, cálido, perceptible aunque invisible. Y en mi corazón las palabras: Sí, quiero seguirte.

Desde entonces, eso hago -o intento, je. A veces, sus pisadas las siento tan largas que necesito abrir más la zancada para alcanzarlo, pero Él ahí está. A veces, yo siento que no está, no veo sus pisadas junto a las mías, pero Él ahí está siempre. Nunca ha defraudado su promesa, siempre ha estado y sé que siempre lo estará.

Mi vida ha dado un vuelco de 180º, nada ha sido igual. La vida tiene sentido, la muerte tiene sentido. El cansancio, la entrega a otros, el dolor... todo tiene sentido, pero no significa que sea fácil. No lo es. Lo que ocurre ahora es que tengo la certeza de que hay esperanza, tengo algo qué esperar en el presente y en el futuro. Y sé que vale la pena esa espera.




Mi corazón te canta
Jesús Adrián Romero

Preciosa sangre que mi vida cambió
Mis pecados, mis culpas lavó
Ha quedado atrás el pasado sin Dios.
Fue en esa cruz donde la historia cambió
donde mi vida tomó otro sentido
Dónde yo encontré la razón de vivir

//Jesús, Jesús
Mi corazón te canta,
mi corazón te canta//
Jesús...

sábado, septiembre 29, 2012

Quisiera...


¿A quién quiero impresionar?
Soy muy egoísta y en el fondo del corazón
quiero demostrar a los demás que soy brillante.
Soy egoísta.


Quisiera ser menos yo y más como Cristo.
Quisiera morir completamente a mí
y dejar el camino libre para su amor.
Quisiera estar menos preocupada por mí misma,
y más por los que están en dificultad y desventaja.
Quisiera ser menos hipócrita, menos farisea,
y más auténtica, más genuina en mi fe.

Examíname, Señor, y muéstrame la verdad de mi corazón:
que te necesita, que está en bancarrota...

¡Te necesito tanto, Jesús!



lunes, septiembre 24, 2012

De mis dudas e inquietudes



Quiero escribir acerca de lo que está pasando en mi cabeza, aquellas ideas e inquietudes que dan vueltas en mi mente y que, de manera sorprendente, no se han ido ni esfumado -a diferencia de otras  ocasiones.

1. Estoy por ser licenciada en Trabajo Social y soy cristiana, ¿Y LUEGO? 

Desde antes de las elecciones del 1º de julio empecé a tener cierta inquietud por conectar mi fe con mi hacer profesional, o por lo menos con el saber. 

Durante el proceso de titulación leí cosas de política social que empezaron a cautivarme, lo que me resulta extrañísimo porque durante la carrera huía de esos temas, porque dudaba que pudiera comprenderlos. No es que ya sea erudita y brillante, pero capto mejor algunos asuntos y me siento casi obligada a tener una vinculación con mi fe cristiana. ¿Qué dice la Biblia sobre esto? ¿Hay algo más allá de "ayuda al necesitado"? ¿Puedo encontrar parámetros éticos en la Biblia para la formulación de políticas sociales? O sin ser demasiado específicos, ¿qué me dice sobre la sociedad?

Una conclusión para mí misma ha sido: No quiero limitar mi fe al ámbito privado (amigos, familia, trabajo, congregación), quiero sacarla y dialogar con la realidad teniéndola presente y activa. ¿Cómo hago esto? ¿Por dónde le llego? 

Si bien hay personas a mi alrededor que me han dado ejemplo, quienes más me han inquietado han sido aquellos que, sin pelos en la lengua y sin ser cristianos, han levantado la voz y están inconformes. Y de forma muy reciente, estudiar historia de la Reforma y conocer más sobre esos hermanos en la fe que, descubriendo la Biblia y su mensaje, decidieron obedecer a Dios y ser fieles a Su Palabra; tener conocimiento de esto es fascinante para mí y me anima/desafía a arriesgarme y entrarle a la reflexión y estudio serio y profundo de las Escrituras, procurando el dialogo y la interacción con esta realidad en la que vivo.

2. Estoy trabajando en un ministerio estudiantil, acompaño células... ¿hay algo más que pueda aportar al Compa?

Ya pasé por la Universidad, y aprendí cosas. ¿Qué puedo poner al servicio del ministerio que Dios usó para que conociera a Cristo? He pensado en aquello que tiene que ver la planificación de proyectos, así como en lo que sé hacer (como estrategias de aprendizaje) que pueden ser útiles para los estudiantes, los estudios bíblicos, los campas, los asesores... 

Pienso en las habilidades y en lo que me gusta hacer, ¿acaso no sería lindo ir construyendo algo más concreto, estructurado? ¡Quiero hacerlo! No me gustaría ser mediocre en mi trabajo; si bien, decimos que esto de los ministerios son "servicio para el Señor" eso no significa que no debamos procurar ser profesionales en lo que hacemos. Si es para el Señor, ¡con mayor razón debemos buscar echar mano de los recursos que tenemos a nuestro alcance!

Que requiere esfuerzo y tiempo, sí; pero ¿en qué trabajo "normal" no necesitamos esforzarnos y dedicar varias horas para sacar el encargo del jefe?


3. Mi corazón late... y estoy buscando/esperando...

Para qué les miento, el tema del amor ha estado presente últimamente, aunque es diferente a cuándo yo era una adolescente. Pero no me miren como una soltera desesperada, por favor, no es el caso; así que evítenme la pena de rechazar sus invitaciones a conocer al soltero más cotizado de su iglesia, se los suplico.

Estoy disfrutando mucho mi soltería, los tiempos a solas son geniales porque puedo hacer lo que quiera o lo que necesite. Me gusta caminar por el centro de mi ciudad, observando y pensando en silencio; me encanta estar con mis amigos y mis amigas, así como los desayunos y las comidas con mi familia. Escuchar a mi mamá y compartirle mis ideas y anécdotas. Vaya, no estoy peleada con mi soltería.

Lo que sí está ocurriendo es que las dudas sobre el tema ya salieron a flote. ¿Hay parámetros para elegir novio? ¿Qué debo observar? ¿A quién le hago caso? ¿Puedo o no tomar la iniciativa? ¿Cuándo y cómo? ¿Para qué quisiera un noviazgo ahora, qué estoy buscando/esperando? Creo que tengo muchos miedos y no se irán hasta que se permita que el Señor trabaje con ellos; así que debo ser humilde y dejarme moldear... y cuidar por quienes me conocen bien y pueden detectar el peligro antes que yo.

4. Hablas de misión... ¿y con quién dices que te juntas?

Estoy rodeada de cristianos. Hace un buen tiempo que deje de estar en contacto personal constante con aquellos que no tienen la misma fe que yo, ¿dónde rayos estoy desarrollando relaciones de amistad que me lleven a compartir el Evangelio de Jesús? El riesgo es que me acostumbre a la comodidad, ¡algo tengo que hacer! Pero la decidia es un mal constante mío, necesito enfrentarme a ella y meterme a clases de algo, ir allá fuera.

5. Mi poca identidad profesional, y la "mala influencia" de los historiadores.

Este asunto todavía es un poco complicado para mí; no porque yo me sienta mal sino porque algunos dirán que estoy loca. Observando bien, los últimos tres años de mi vida he estado rodeada de historiadores, siempre hay uno presente cerca aunque sea por unos meses, y eso ya empezó a tener efectos secundarios.

Ayer bromeaba con una amiga al decirle "los historiadores son una mala influencia para mí: me hacen pensar, ¡y eso es peligroso!". Y, bueno, no sólo son ellos, también son los libros y las lecturas que he tenido últimamente; por ejemplo, inicié "El cristiano contemporáneo" de John Stott y en su introducción habla de la importancia de vivir el presente pero sin desechar el pasado y sin dejar de mirar al futuro...  Además, el semestre pasado leí un par de artículos de Lorenzo Meyer, y también un fragmento de un libro de Daniel Cosío Villegas. Ese tipo de reflexiones, pensamientos y planteamientos me emocionan y entusiasman, igual -o incluso más- que lo que revisé en la carrera.

Si bien, estudiar historia no es algo que tenga planeado para el corto plazo, sí es una inquietud que no se ha ido... y sí continúo rodeada de historiadores, difícilmente se irá.

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Ayer, después de una charla acompañada con un rico té, ya que estaba en silencio, recordé el fragmento de un canto de la comunidad: "... que la multitud de mis penas, de mis dudas e inquietudes cambien en vigor y en certeza". Esa es mi oración ahora. Que el Señor, Aquel que ha puesto todas estas dudas e inquietudes en mi corazón, sea quien las trabaje y quien trabaje conmigo para que se conviertan en certezas, en hechos y en acciones que contribuyan a la extensión de Su Reino. Así sea...


5. No - Shakira

La vida está llena de alegrías, pero también de decepciones. Y no sólo las amorosas, también las de amistades, familia, incluso con nosotr@s mism@s.

Parece que siempre estamos expuestos a esto, a sentir dolor, tristeza y enojo porque alguien nos ha decepcionado, porque no dio lo que esperábamos o porque no era quien creíamos. ¿Por qué las relaciones no pueden ser más sencillas y menos frustrantes? Solemos decir que "nada es color de rosa, o nada es miel sobre hojuelas", pero ¿por qué tiene que ser así? ¿Qué es lo que está mal con nosotros - o en nosotros?

Para mis años de secundaria y prepa descubrí y entendí que así es esto de las gelatinas (unas cuajan, otras no); creo que tuvo que pasar mucho tiempo para que yo madurara y no dejara que mis emociones "difíciles" me ahogaran. Con esto no digo que ya no me decepciono (recién he pasado por un par de estas con amistades), el reto es dejar de ser tan dura en mis juicios hacia los demás.

Una de las 12 es una canción de Shakira, con la cual me identifico por lo que expresa y cómo lo expresa. Insisto, no sólo se trata de relaciones amorosas; se trata de cualquier relación interpersonal.



No.
Shakira

No, no intentes disculparte
No juegues a insistir
Las excusas ya existían antes de ti

No, no me mires como antes
No hables en plural
La retórica es tu arma más letal

Voy a pedirte que no vuelvas más
Siento que me dueles todavía aquí
Adentro
Y que a tu edad sepas bien lo que es
Romperle el corazón a alguien así

No se puede vivir con tanto veneno,
la esperanza que me dio tu amor
No me la dio más nadie,
Te juro, no miento
No se puede vivir con tanto veneno,
no se puede dedicar el alma
A acumular intentos
Pesa más la rabia que el cemento

Espero que no esperes que te espere
después de mis veintiséis
La paciencia se me ha ido hasta los pies

Y voy deshojando margaritas
y mirando sin mirar
Para ver su así te irritas y te vas.